Historias verídicas

A El Que Manda no le gustan las críticas, ni por fas ni por nefas. Por eso ha puesto una mordaza virtual, para que no se comente nada en su coto privado. Pero para desgracia suya, resulta que hay más cotos, privados, es cierto, pero más abiertos y hospitalarios donde el que quiera pueda desahogarse acerca de su mal reinado.

Y se atreve a hablar de respeto, cuando él no respeta a los demás, y va a gritar a otros mientras trabajan, por el mero hecho de que esos otros se quejen de cosas como éstas (cito algunas):

a) De que se desglosen los ingresos y no los gastos.

b) De que los únicos vídeos que se suben están cortados porque El Que Manda ha eliminado la parte donde se equivocó y hace oídos sordos a las peticiones de que se suban los vídeos completos. Además, en los que él sube, la parte central de la imagen está ocupada exclusivamente por él y los demás aparecen como meros comparsas (aviso: se ha deshabilitado la opción de comentarios en Youtube)

c) De que sigue haciendo oídos sordos a la repetida y lógica petición de que ahorren papel y franqueo evitando enviar cuatro cartas o más al mismo domicilio. (Petición hecha además como a él le gusta, bajo el sumarísimo secreto del correo electrónico)

d) De que cuando los socios van a las reuniones de la directiva, que son públicas, los directivos los amenacen con echarlos por mostrar su desacuerdo y se rían de ellos.

Además, una se pregunta muchas cosas: ¿Cómo es posible que vayan a la cena de fin de curso 37 personas, cuando siempre se ha considerado un fracaso de cena la asistencia de 100 personas? ¿Por qué siguen manteniendo que la asociación está formada por 200 socios cuando sólo pagan la cuota alrededor de 50? ¿Por qué quieren quitarse del medio a la persona gracias a la cual la asociación existe? ¿Cómo es posible que tantos monitores no quieran ver ni en pintura a El Que Manda? ¿Por qué El Que Manda te dice por teléfono que no te van a pagar el taller que vas a impartir y no te lo dice a la cara veinte minutos antes, cuando ha estado hablando contigo? ¿Por qué siempre les echa a otros las culpas de su mala gestión y nunca asume nada más que los galardones? y la más importante: ¿Cómo es posible que el resto de los directivos, que son personas inteligentes y muy queridas entre los socios, no sean capaces de ver estas cosas? ¿Cómo han elegido como El Que Manda al que se llevó menos votos? ¿Cómo son capaces de echar por tierra buenas amistades por seguir trabajando para la asociación? ¿Por qué a los que hacemos otras cosas o no salimos tanto se nos mira mal? ¿Cómo es posible que tengan la cara dura de predicar sobre el respeto? ¿Por qué no borran a los socios morosos, entre los cuales me honro de aparecer? ¿Quizá porque las subvenciones se recortarían peligrosamente?

Son tantas y tantas preguntas sin respuestas, que tentada estoy de llamar a Iker Jiménez para ver si él es capaz de solucionar estos misterios: gente abducida, vídeos paranormales, voces en el desierto... suficiente para despertar la curiosidad de tan afamado investigador.